A mediodía, cientos de personas acudieron a alguno de los seis espectáculos divulgativos programados en el ciclo “Bocados de Ciencia”. En el Restaurante Blanco Ennea, un grupo de ciudadanos participó de un alumerzo-experimento en el que configuraron una nueva sociedad, mientras una veintena de aficionados a la cocina disfrutó de un showcooking en el que usaron diversas malas hierbas para preparar platos exquisitos. El toque de humor llegó en forma de monólogo en la Librería Anticuaria El laberinto en la que un joven investigador de letras contó las “penurias” de su equipo para conseguir financiación para sus proyectos. También hubo risas en el Restaurante El Astronauta donde José María Fernández puso voz y música a la vida de Rosalyn Franklin o Wallace, entre otros. La copa final la pusieron las investigadoras Rocío Márquez e Isabel López en dos catas divulgativas de vinos y licores en las que abordaron las diferencias biológicas y químicas entre los procesos de fermentación y destilación.
El plato fuerte de La Noche Europa de los Investigadores se sirvió a las cuatro de la tarde en el Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral, donde 118 investigadores de 17 equipos científicos presentaron ante un numeroso público infantil acompañado de numerosos adultos los resultados de sus investigaciones. Fue la segunda edición de la Feria de los Ingenios, un evento ideado por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la UCO al que este año se han incorporado investigadores del Jardín Botánico y del IESA y en el que de manera sencilla y divertida se intenta acercar la ciencia a todo tipo de públicos. La ambientación de este año estuvo centrada en la ciencia andalusí. Así, gracias a la interpretación de siete actores fue posible conversar con Maimónides, Averroes, Alfonso X el sabio, Ibn Firnas y AlGafequi, entre otros.
Los sabios andalusíes fueron los encargados de acompañar hasta Caballerizas Reales a los invitados y a las autoridades presentes, entre las que se encontraban el rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, el director general de Universidades de la Junta de Andalucía, Manuel Torralbo, el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, la vicerrectora de Investigación, Carmen Pueyo, y el director del IESA, Joan Font. Ante más de doscientas personas, Maimónides, ibn Firnas, Recesmundo y Al-Gafeqi “discutieron” sobre quién ha sido el mejor científico cordobés de la historia. Lo hicieron ante la jueza Fátima bint Yahya, que concluyó que poco importa de dónde venga el conocimiento siempre que trabaje por el bien común. Ésa fue también una de las reivindicaciones que más sonó en los discursos y, por supuesto, en la “Carta por la Ciencia” leída por la joven investigadora Emilia Reyes, del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba.
El broche a La Noche Europea de los Investigadores lo pusieron las 11 tertulias científicas celebradas en otros tantos patios cordobeses del Barrio de San Basilio. Más de medio centenar de investigadores compartió mesa y charla con más de cien ciudadanos. Hablaron de medio ambiente, de seguridad alimentaria, de historia, de química, de medicina, pero sobre todo de la necesidad de apoyar la labor investigadora como el mejor camino hacia la igualdad y el bienestar social.